Mi primer año cesante

Me tiene estresadísima esto de haber terminado mi licenciatura, al contrario de lo que se podría pensar. Para todo el mundo, el salir de este proceso es un alivio, para mi es sólo el comienzo de algo que no quería que empezara: la cesantía.

Ser estudiante es tan simple! No hay muchas responsabilidades porque el ser estudiante al parecer, implica que uno tiene todo su tiempo ocupado en preocuparse sólo de ser estudiante; claramente "ser estudiante" es más fácil que estudiar. "Ser estudiante" implica: tener descuentos en pasajes de transporte inter e intra urbano, descuentos en cines, obras de teatro, tener una biblioteca siempre disponible, carretear (porque sí) todos los viernes. Ser estudiante es la panacea. yo ya no soy estudiante y me apena en demasía. De hecho me quería echar un ramo anual sólo para poder seguirlo siendo, pero mi sentido de la responsabilidad me lo impidió. Es que no puedo tirar la toalla, mi breve pero crucial enseñanza en un colegio de monjas me determinó para que la culpa se interpretara en mí más que como un sentimiento, en un reflejo anticipado de cualquier eventualidad. Así que no pude echarme el ramo y estoy acá pensando en que demonios haré de mi vida este primer año no acádemico.

Memoria

Yo no sé cuanta gente sufre de insomnio, creo que mucha. Yo soy una de ellas, pero mi problema se debe exclusivamente a mi amor a la siesta. Siempre he dormido siesta, de hecho mucha gente creía que me decían Topo precisamente porque era excesivamente buena para la pestaña. Me encanta dormir y no pienso hacer nada por cambiarlo.

El único problema que me trae esto de las siestas, es que en la noche pienso mucha tontera, me urjo por cualquier ruido y al final duermo pésimo. Ahora, el hecho de estar en ese estado entre ensoñación y alerta, tiene la ventaja de proveerme de un estado intelectual un tanto atractivo (o lo que yo considero atractivo), es decir, se me ocurren melodías para canciones, diseños de ropa, narraciones, ideas, etc. Cosas atractivas po! Pero en la mañana siempre se me olvidan. Triste. Bueno, creo que mi blog es eso en definitiva. Algo que me ayude a recordar las cosas que se me ocurren.

I love Quinoa

Amo la quinoa. Hoy es la primera vez que la preparo y fue demasiado fácil y eso que yo cocino muy poco, soy muy desordenada y siempre termino haciendo todo mal. Pero mi mamá me dijo que ella no iba a cocinar porque andaba muy chambeca, hoy se levantó hizo un pie de limón y quedó la pura escoba; batido y merengue por todos lados.

Hace tiempo que quería incorporar la quinoa a mi dieta porque tiene muchas propiedades nutricionales y medicinales. Yo antes tenía buenos hábitos alimenticios pero con el pololeo se me fue todo a la chuña. Así que la quinoa pareció la solución. Busqué en el supermercado y casi me caí al piso de lo cara que es: $2100 por un mísero cuarto. Así con que adiós con mi porvenir nutricional. Preo hoy fui a la feria y encontré la misma cantidad por una luquita. Tampoco es barato, pero valía la pena probar. Y na po, quedé fascinada, es muy rica, distinta. Es un poco más suave que el arroz y su preparación es muy versátil. Acá dejo un video de algo así como un pebre con quinoa.

Los ingredientes son:

- Perejil picado finamente(parsley)
- Quinoa cocida (preparar igual que el arroz, dos tazas de agua por una de quinoa)
- Tomate picado
- Pepino picado
- Pimientos amarillos
- aliñar a gusto

En la preparación sigan al gringuito.

Yo siempre he tenido sobrenombres (me carga empezar a escribir con "yo", lo lamento). El primero y más eterno me lo pusieron en kinder a pito que cantaba igual que una famoso marioneta italoargentina de fines de los ochenta, el Topo Gigio. Yo no recuerdo haber sido fanática de él, lo veía como veía la Xuxa, o a Nubeluz, pero bastó con que un día, lo imitara para que mi identidad civil pasara a la historia y me convirtiera en La Topo. No Topa. Topo.

Nunca me ha molestado, pero siempre he tenido que andar explicando el origen del apodo. Es tanto, que con el tiempo, a la inevitable pregunta, respodnía un escueto: " porque cuando chica cantaba como el Topo Gigio". No sé que más preguntas se le pueden hacer a alguien que asume semejante bochorno. Nunca me complicó mi apodo porque prefería ser la Topo, que ser otra Daniela. Hace poco un profesor, en un examen oral me preguntó: ¿Por qué todas las niñas de tu generación se llaman Daniela?. O sea, ¿cree que no se lo he preguntado a mis papás?. Le dije que creía que la responsable era Daniela Romo, a lo que el respondió un simple "ahhh...". Y después pasó a preguntarme que era el innatismo.

Este es mi tercer blog. Ninguno ha llegado a mucho. Al parecer soy de esas personas que prefieren las imágenes sobre las palabras. No es porque no me guste escribir sino que ser leídame produce un incómodo pudor. Que gente anónima te lea, me parece lejos un acto más intimidante que publicar fotos.

Me cuesta escribir porque no puedo evitar censurarme y decir: cómo vai a querer publicar eso!? y me escandalizo y me apesto y cierro el blog y después abro otro y así. Seguramente este no será la excepción.

De partida, ponerle un nombre ya es complicado. Y es lo primero que te preguntan. A mi eso de los títulos me complica, porque tiene que ser algo que te identifique pero no tanto, así por si querís pasar piola. Después viene la dirección, que no es lo mismo que el título, pero tienen que tener algo en común y que no se te olviden, ni confundan ( a mi siempre se me olvidan y confunden). Después viene el diseño.....yo de repente me encuentro con unos blogs re lindos, entretes. Pero el mío nunca me gusta cómo queda, así que puedo pasar una noche entera cambiando colores y fuentes y plantillas, hasta que de repente tiro la esponja (o es la toalla), y luego pienso (porque uno piensa y, después, aprende) : "en todo este tiempo podría hecho otra cosa" (algo útil se entiende, como....como....jugar sudoku. Para mi el sudoku es serio, estamos?) y por útlimo me voy a acostar. Porque siempre me da por abrirme blogs en la noche, cuando según yo, estoy más despierta y se me ocurren cosas entretenidas.